Las políticas públicas no pueden ignorar la desigualdad social. Esta, que no hace más que aumentar, incide de forma especial en los enfermos crónicos y terminales. Algunos de ellos acceden a los cuidados paliativos, a la asistencia psicológica y espiritual, a la compañía y el cariño. Otros, en cambio, viven su enfermedad sin cuidados, desasistidos y en soledad. Así las cosas, resulta hiriente que haya sido precisamente la izquierda política la que haya hecho suyo el programa eutanásico del libertarismo burgués.

Artículo publicado el 24 de septiembre de 2017 en https://www.lacontradeportiva.com/nos-duele-cataluna/ Leo en la edición digital del Mundo Deportivo, referido al RCDE, en relación al asunto del 1 de octubre: “Sin llegar a…